26 julio, 2010

25 de Julio Día de la Mujer Afrodescendiente



Las herramientas del amo
Jamás desmontaran la Casa del amo (Audre Lorde
)


En el Perú se calcula que el porcentaje de población afrodescendiente es aproximadamente entre el 5 y 8% de la población total, no podemos hablar de cifras oficiales pues no existen en el país, censos e indicadores que precisen el porcentaje real de este sector de la población evidenciando sus necesidades y urgencias. La ausencia de políticas publicas y acciones afirmativas dirigidas a los y las afroperuanas se ven seriamente limitados por la ausencia de datos oficiales. Sin duda, el racismo estructural encuentra en el contexto descrito el mejor de sus ejemplos.

Efectivamente el racismo simbólico y estructural en el país, puede darse de manera simultánea y profundizar la exclusión y la discriminación en sus muy variadas versiones. Todavía vemos con indignación y preocupación que los medios de comunicación continúan reforzando una serie de prejuicios y estereotipos negativos orientados a la población afroperuana.

Si bien es cierto la discriminación por cuestiones raciales ha sido denunciada por organizaciones de Derechos Humanos que trabajan con población afroperuana, la condición de las mujeres se profundiza en una situación de mayor exclusión. Efectivamente, las afroperuanas no sólo se ven subordinadas a consecuencia del género sino además a razón de la raza y la clase. Sin duda, el sistema esclavista y la colonización han determinado un contexto de mayor exclusión y prejuicio, subalternizado el discurso e invisibilizado sus luchas y aportes.

Han sido las mujeres afrodescendientes feministas, quienes llamaron la atención de la urgencia de mirar y analizar el discurso de la opresión de la mujer, en la necesidad de evidenciar que no todas las mujeres somos iguales y era necesario reconocer la diferencia, para entender las demandas y construir desde un nuevo discurso que visibilice a todas a las mujeres. En ese contexto, es fundamental reconocer que el racismo nos afecta de manera diferenciada; en tanto, cualquier acción que busque atender su impacto debe ser pensado desde la perspectiva de género, atendiendo a los sectores más vulnerables.
Este 25 de Julio día de la mujeres afrodescendientes, hacemos un llamado urgente al Estado y sus instituciones, en la necesidad de diagnósticos e indicadores, que visibilicen la real situación de las mujeres afroperuanas, y la impostergable necesidad de generar políticas públicas dirigidas a este sector de la población, que permitan acortar las brechas de desigualdad e inequidad. El desarrollo no será posible, en tanto, el acceso a la educación, el empleo digno y sin discriminación, y la salud entre otros derechos fundamentales continúen siendo demandas no atendidas ni escuchadas por el Estado.

Las mujeres afroperuanas, rechazamos el discurso victimizador y nos traducirnos en sujetas políticas capaces de generar nuevas condiciones de desarrollo, pero también con el protagonismo necesario para demandar fuerte y claro, no mayores derechos sino las mismas condiciones de justicia y oportunidad para todas.