29 noviembre, 2009

Reconstruyendo la Historia, 28 de Noviembre.


A tres días de conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer[1], este 28 de noviembre, fecha que seguramente hemos imaginado las personas comprometidas en trabajar por los Derechos Humanos de la población afrodescendiente, el Estado Peruano mediante una resolución suprema, pidió “perdón histórico al pueblo afroperuano por los abusos, exclusión y discriminación cometidos en su agravio”.

Sin duda, este hecho es un acontecimiento de gran importancia no sólo para los y las afroperuanas, sino para el país, pues tenemos la oportunidad histórica de aportar a una sociedad democrática con mejores condiciones para todas y todos los peruanos. La población afrodescendiente en el Perú vive una compleja situación de exclusión y discriminación, expresada no sólo en el espacio cotidiano sino además a través de un racismo estructural (institucional) sistemático, que ha impactado negativamente en la vida de hombres y mujeres afrodescendientes, el acceso a la educación, salud, empleo y condiciones dignas para una vida de calidad, son parte de la agenda pendiente de este sector de la población.

Durante el sistema esclavista, la deshumanización, la violencia y cosificación principalmente hacía las mujeres afrodescendientes, fue una situación constante, como también las diversas expresiones de talento, fuerza y de búsqueda de libertad en su sentido más profundo. Las mujeres afrodescendientes rompemos el mito de la fragilidad femenina, no somos parte del contingente de las débiles, siempre se tuvo que trabajar, por nosotras, nuestras familias y el país. La permanente búsqueda por evidenciar y denunciar el racismo y su impacto, nos ha llevado a la profunda de necesidad de construir y deconstruir desde nuestra identidad, para hacer frente a un fenómeno que debe ser analizado desde sus múltiples dimensiones. Efectivamente, el racismo y su interrelación con otras categorías como la raza, la clase, requiere de acciones de gran impacto.
Con este reconocimiento, se ha dado un primer paso en la enorme escalera por reconocer los Derechos Humanos de los y las afroperuanas, es un importante reconocimiento político, que demanda de enormes retos, que Estado peruano deberá impulsar, políticas públicas y acciones afirmativas para este sector de la población son necesidades urgentes e impostergables, superar prácticas racistas y discriminatorias, deberán ser acciones urgentes a fin de darle contenido a este reconocimiento.

Las mujeres afroperuanas seguiremos comprometidas, en seguir trabajando a lado de todas las mujeres peruanas por una sociedad menos violenta; pues sí, el racismo es violencia y mata. Seguiremos aportando desde nuestra conquista como sujetas políticas en la construcción de la sociedad que queremos para las peruanas y peruanos, seguiremos atentas y vigilantes frente a cualquier situación racista y excluyente que violente nuestros derechos fundamentales. Finalmente y como versa una canción interpretada por Susana Baca, “Les prestó mi risa, le prestó mi fuego, les prestó mi ritmo… me celebro”.

[1] 25 de noviembre.

23 noviembre, 2009

"25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer "




¿Este 25 Por qué tenemos que marchar?


En varias ocasiones y espacios para dialogar entre mujeres, me he planteado algunas urgencias para la reflexión, en el intento de lograr construir el país que queremos: ¿Es acaso la lucha de las mujeres afrodescendientes una lucha distinta al resto de mujeres?

Durante el sistema esclavista las mujeres afrodescendientes fueron cosificadas y deshumanizadas, pues si la época determinó una gran limitación de derechos fundamentales para las mujeres, las afrodescendientes tuvieron una experiencia diferenciada, pues el doble papel vivido, es decir esposa – esclava, generó una estructura de mayor opresión. De otro lado y como lo refiere Sueli Carneiro , el discurso clásico de la opresión de la mujer, que la historia no ha recogido, no ha logrado medir su impacto en la identidad femenina de las mujeres negras.

En tanto, se han generado estereotipos y prejuicios negativos en relación al cuerpo y la sexualidad de las mujeres afros, existe un sobredimensionamiento de la sexualidad de las mujeres afroperuanas, que afecta su interrelación con el resto de la población y con los hombres afrodescendientes. Es en la cotidianidad, donde estos prejuicios encuentran su espacio para evidenciarse, afectando no sólo la identidad cultural, sino generando situaciones de violencia y agresión que son necesarias de denunciar.
El racismo estructural en nuestro país, es un problema central que requiere ser atendido a la brevedad, la ausencia de cifras e indicadores que visibilicen el porcentaje de población afrodescendiente es una de las expresiones más concretas del racismo, a la fecha no tenemos datos que nos indiquen cuantas mujeres afros acceden a métodos anticonceptivos y cuantas han tenido que someterse a abortos inseguros.

La pobreza y la exclusión siguen siendo los indicadores más saltantes de las mujeres afroperuanas, en tanto no acceder a la Anticoncepción Oral de Emergencia, es una vulneración a nuestros derechos reproductivos y la necesidad de una vida digna. Las mujeres afroperuanas nos hemos propuesto construir una sujeta política capaz de proponer y articular, desafiamos el mito de la victimización y demandamos una sociedad menos racista y discriminatoria.

Las mujeres afrodescendientes conjuntamente con las mujeres del país marcharemos este 25 de noviembre, por nuestro derecho a decidir y por una vida libre de violencia.

No al racismo, No a la violencia.


"El Racismo Mata, También es Violencia"

10 noviembre, 2009

¿Un viejo feminismo hoy emergente?

En muchas ocasiones escuche de varias compañeras afroperuanas casi con temor de no entender “no nos incluyen”, “de eso no somos parte”, etc. Varios indicadores que tenían que decir algunos mensajes que llamaban mi atención al escuchar, quizás porque tocaba en aquel momento un viejo dilema personal - ¿Es posible construir desde el feminismo la lucha contra el racismo? -

De otro lado: género, alianzas, estrategias, demandas, democracia, igualdad, equidad, eran muchas palabras que chocolateadas tenían sentido; pero, ya las había escuchado en otra parte y casi sin temor a equivocarme puedo decir que eran mis compañeras y compañeros afros, quienes la repetían una y otra vez. Qué complejo, decir lo mismo y pensar cosas tan parecidas y no ser parte de la misma historia, que nos hacía pensar igual y ser diferentes al mismo tiempo.
Hoy, pareciera que nos hemos mirado poco y hemos hablado menos; Quizás tenemos varias explicaciones y todavía tenemos que reflexionar más. Sin duda; creo que el feminismo es una de las expresiones político sociales que más aporta a la construcción de ideas y nuevos paradigmas que buscan generar transformaciones político sociales. En ese sentido, no es posible entenderse en el feminismo sin cuestionar formas de opresión y exclusión como el patriarcado, el machismo, colonialismo, racismo y clasismo, que han afectado principalmente a las mujeres. De hecho allí, si estamos de acuerdo, como de acuerdo estamos con el derecho a la vida, la igualdad, la equidad, los Derechos Humanos para todas y todos, etc.

Quizás en lo que muchas veces nos encontramos con dificultad, tiene que ver con la historia y con los procesos y entonces me permito recuperar el nuestro, el de las mujeres afrodescendientes, como lo menciona Sueli Carneiro, “las afrodescendientes tuvieron una experiencia diferenciada del discurso clásico de la opresión de la mujer, que la historia no ha recogido ni ha logrado medir el impacto de ello en la identidad femenina de las mujeres negras”. Si bien es cierto, a lo largo de los últimos años hemos logrado establecer dialogo y consensos con el movimiento feminista, no hemos generado estrategias que nos permitan construir las alianzas sobre las cuales haremos cambios juntas. Viejos y necesarios debates se han postergado o quizás parcelado, como si las opresiones de las cuales hablamos no nos afectaran a todas, alguna vez escuche: “lo que afecta a una afecta a todas”. Pero todas, no somos iguales, que bueno, porque entonces tendremos mejores condiciones para mirarnos en la diferencia y revisar desde donde, lo diverso nos encuentra, con horizontalidad y afecto.

Somos muchas las afrodescendientes feministas, son más las que se resisten, supongo porque entre nosotras mismas, también hay diferencias y nuestros procesos no han sido los mismos, algunas hemos encontrado en otras mujeres el liderazgo horizontal, democrático y solidario que nos ha permitido pensar juntas y recrear el mundo que queremos, en otros casos, el poder, el autoritarismo y las pocas expresiones de solidaridad han afectado nuestro encuentro y nos ha enseñado a parcelar luchas, agendas y demandas.
En ese contexto, desde mi feminismo negro, reafirmo algunas urgencias que me invitan a reflexionar: Es acaso la lucha de las mujeres afrodescendientes una lucha distinta al resto de mujeres?, Como recreamos nuevas formas de articulación desde nuestras agendas y para todas las mujeres?

Foro de dialogo entre feministas. Septiembre, 2009